La audiencia en la Secretaría de Trabajo no logró destrabar las negociaciones entre gremios y cámaras empresarias, que mantienen posturas enfrentadas sobre los costos laborales y la viabilidad económica del sector. Las empresas insisten en que no pueden pescar a pérdida, mientras los sindicatos rechazan cualquier solución para no dar el brazo a torcer.
La reunión celebrada este lunes 2 de junio en la Secretaría de Trabajo de la Nación finalizó sin avances significativos en el conflicto que mantiene inactiva a la flota langostinera argentina. Representantes de las cámaras empresarias (CAPIP, CAPECA y CEPA) y los gremios marítimos (SOMU, SIMAPE, SICONARA, Centro de Patrones y Centro de Jefes y Maquinistas Navales) expusieron posiciones irreconciliables, profundizando la parálisis que afecta a las localidades pesqueras.
Las empresas reiteraron la necesidad de “readecuar el negocio” del langostino procesado a bordo, argumentando que los costos operativos superan las ganancias debido a la caída del precio internacional del kilo de langostino. Según las cámaras, este escenario hace inviable la actividad, ya que los costos laborales representan cerca del 60% del total. Sin embargo, aclararon que su propuesta no implica reducir los sueldos de los marineros, sino ajustar un premio por producción atado a un valor internacional del langostino que, según sostienen, “hoy no existe” debido a la baja cotización del producto.
“Proponemos un diálogo abierto, con números claros que demuestran que no podemos salir a pescar a pérdida. Buscamos soluciones sostenibles para reactivar el sector y proteger los empleos en las comunidades pesqueras”, afirmaron desde las cámaras, apelando a la responsabilidad para evitar mayores tensiones sociales.
Por su parte, los gremios rechazaron de plano cualquier modificación en los convenios colectivos, calificando la postura empresaria como una maniobra para flexibilizar condiciones laborales. “No aceptaremos recortes disfrazados de negociación ni cederemos ante presiones”, declararon en un comunicado conjunto. Los sindicatos también cuestionaron la veracidad de los datos presentados por las empresas, pese a que en la reunion del lunes estaban todos los papeles y costos a la vista y ningun gremialista quiso verlos, y acusaron a las cámaras de aprovechar la crisis para imponer condiciones desfavorables.
El encuentro, que incluyó la presencia de otras entidades como la Asociación de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, se desarrolló en un clima de creciente tensión. Las empresas negaron las acusaciones de “extorsión” y pidieron un debate “profesional” para encontrar soluciones. A su vez, solicitaron mantener abierto el canal de diálogo en la Secretaría de Trabajo.
Ante la falta de consenso, las autoridades del Ministerio de Capital Humano instaron a las partes a continuar las negociaciones en privado, enfatizando la importancia de preservar la paz social. Mientras tanto, la parálisis de la flota langostinera por un capricho del gremio continúa afectando a miles de trabajadores y a las economías locales dependientes de la actividad pesquera, sin una solución a la vista.
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