El fracaso de la reunión en la Secretaría de Trabajo entre las cámaras pesqueras y el SOMU dejó en evidencia la postura intransigente del sindicato, que ignora los pedidos de sus afiliados para firmar acuerdos acordes al mercado y salir a pescar. Las empresas, lideradas proponen contratos directos para garantizar el sustento de las familias.
En la tarde del lunes, la reunión en la Secretaría de Trabajo de la Nación entre las cámaras pesqueras y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) terminó en un rotundo fracaso. El sindicato, lejos de escuchar a sus afiliados, mantuvo una postura rígida, negándose a negociar un acuerdo que permita a los marineros retomar la actividad pesquera con valores actualizados al mercado.
El acta resultante de la reunión dejó un punto clave: la liberación de las partes para que empresas y marineros puedan optar por “contratos directos”. Esta medida busca dar libertad a los trabajadores para firmar acuerdos individuales y retomar la pesca, en un contexto donde la temporada está en riesgo por la falta de avances en las negociaciones.
La carta de los empresarios: un llamado a la acción
En este escenario, Fernando Álvarez, presidente de CONARPESA, envió una emotiva carta a sus empleados, marcando un punto de inflexión. En la misiva, Álvarez recuerda su llegada a Argentina hace 30 años y su compromiso con las familias de los trabajadores, destacando que la empresa no pondrá en riesgo el sustento de 1.300 hogares por “caprichos políticos o electoralistas”.
¨Nunca viví algo así. Pero sí tengo algo claro: somos 1.300 familias, y no voy a ponerlas en riesgo por caprichos políticos o electoralistas¨
Álvarez anunció que CONARPESA comenzará a citar a los marineros que deseen salir a pescar, ofreciendo un anticipo económico para sus familias a cuenta de la marea. Los trabajadores solo deberán firmar el contrato ya acordado por maquinistas y capitanes, un documento que el SOMU califica de “ilegal”, pero que la empresa defiende como una elección libre de los marineros.
“Si seguimos negociando con una pared como es el SOMU, es muy probable que terminemos perdiendo la temporada entera”, advirtió el empresario, instando a los trabajadores a decidir con libertad.
Un conflicto que amenaza la temporada
La postura del SOMU no solo ha generado tensión con las cámaras pesqueras, sino también con sus propios afiliados, quienes claman por volver al trabajo. La falta de diálogo pone en jaque una industria clave para el país, mientras las empresas buscan alternativas para garantizar la continuidad laboral. La propuesta de contratos directos emerge como una solución pragmática, pero dependerá de la voluntad de los marineros para sortear la resistencia del sindicato.
En un contexto de incertidumbre, la carta de Álvarez resuena como un llamado a priorizar el bienestar de las familias por encima de las disputas gremiales. “La familia siempre va primero”, concluye, dejando la decisión en manos de los trabajadores.