La ciudad petrolera vuelve a inundarse mientras las obras prometidas brillan por su ausencia
Comodoro Rivadavia, una de las ciudades más ricas del país, vuelve a sufrir el flagelo de las inundaciones. Las intensas lluvias de las últimas horas han anegado calles, destrozado viviendas y generado desesperación entre los vecinos. La historia se repite: lo que ocurrió en 2017 y en 2022 vuelve a pasar, y la gran pregunta es inevitable: ¿Dónde están las obras que prometió Juan Pablo Luque?
El exintendente peronista, que gobernó la ciudad entre 2019 y 2023, anunció en reiteradas ocasiones un plan de infraestructura para mitigar las consecuencias de las lluvias. Sin embargo, la realidad golpea con fuerza.
“Hace años que nos prometen soluciones, pero cuando llueve, el agua entra a nuestras casas como si nunca hubieran hecho nada”, expresó una vecina del barrio Juan XXIII, uno de los más afectados.
El 2017 fue un antes y un después para la ciudad. Aquel temporal histórico dejó una Comodoro devastada, con miles de familias evacuadas y daños incalculables. Desde entonces, cada gestión peronista ha prometido obras hídricas para evitar que la tragedia se repita. En 2022, otro episodio de lluvias intensas volvió a demostrar la falta de infraestructura adecuada. Y ahora, en 2025, la postal es la misma: calles convertidas en ríos, familias perdiéndolo todo y la ausencia de respuestas concretas.
“Tuvieron 20 años para hacer algo y nunca hicieron nada. Nos vendieron espejitos de colores y cada vez que llueve nos damos cuenta de que la desidia sigue igual”, manifestó indignado Alejandro, comerciante del centro. La bronca crece entre los vecinos, que esta vez no están dispuestos a esperar promesas vacías.
Ahora, la prioridad es la solidaridad. Vecinos organizándose para ayudar a quienes más lo necesitan, familias rescatando pertenencias y cuidándose entre sí. Pero también crece la desconfianza: en las últimas inundaciones, la clase política se robó la ayuda enviada para los damnificados. Esta vez hay que estar atentos. La ayuda tiene que llegar a quienes realmente la necesitan, no a los bolsillos de los políticos.
Comodoro Rivadavia sigue siendo una ciudad rica con vecinos empobrecidos por la falta de gestión. La lluvia expone, una vez más, las falencias de dos décadas de peronismo. Y mientras el agua sigue subiendo, también crece la indignación de una sociedad que ya no cree en falsas promesas.
